Y es que, como narra el cuento de  Constantino Cavafis "ÍTACA" , para llegar a Ítaca hay que desarrollar un camino, disfrutarlo, aprender de él, dejar que las sensaciones y emociones te invadan, pararse en cada momento para sacar lo mejor, y nunca tener prisa por llegar, disfrutar.

Y precisamente eso es lo que nos ha pasado con la grabación del corto, han sido unos días muy largos, cansados, con jornadas interminables y a menudo bajo un sol que castigaba, con toma de decisiones muy rápidas Y UN estrés continuo por un volumen de trabajo muy importante.

Pero todo esto que, leyéndolo puede parecer una locura y la consumación de un fracaso… no es más que posiblemente una de las experiencias que siempre recordaremos, desde la asociación, como los/las jóvenes implicados y el barrio.

Lo cierto que es que no hemos hecho otra cosa que aprender, conocer y valorar y afianzar algunos aspectos.

Aprender que a veces hay que apostar, apostar por ideas, trabajar sobre ellas y hacer participes a terceros para poder desarrollarlas. Aprender una vez mas lo importante que es la organización, como en grupo los objetivos son más fácil de alcanzar que si los tratas de realizar solo, aprender que queda mucho por hacer.

Conocer gente, gente que ha invertido algo muy valioso para tod@s, tiempo, tiempo en venir desde otras ciudades para colaborar y de qué manera, sin descanso, dándolo todo, tendiendo siempre la mano. Conocer que aun existe gente en el mundo que quiere hacer las cosas diferentes que quiere hacer girar el mundo de otra manera y están manos a la obra para poco a poco conseguirlo.

Y afianzar, afianzar cosas como que los/las jóvenes del barrio tienen un potencial enorme, reafirmar que ha llegado su momento, que están preparados y dispuestos, con ganas de mostrar quienes son, sus capacidades y potenciales. Ya es incontenible, las ganas y las fuerzas comienzan a desbordar y en proyectos como estos no hacen más que afianzar que en muy poco tiempo estos/as jóvenes y el barrio comenzara a gritar de otra forma, dando pinceladas de cambio, de llamamientos para que el resto de la ciudad comiencen abrir las puertas para recibir a estas nuevas generaciones.

El barrio no se queda atrás, dio una lección de entender, colaborar y ayudar que poca gente creería, pero gracias a su paciencia y colaboración el rodaje se puedo realizar con unas condiciones óptimas, incluso a altas horas de la madrugada.

Gracias a todos/as los que habéis hecho posible esta primera parte, queda todavía un poco de camino, pero todo sumara para un gran final.

Queremos agradecer también desde la asociación a los/las jóvenes que han participado, una vez más nos habéis dado una lección y recordado que tenéis mucho que decir, que no somos perfectos y que no podemos llegar con baritas mágicas.