Aunque con unos días de retraso, no queríamos pasar por alto este día señalado, para ser más exactos queríamos compartir una pequeña reflexión con vosotros/as.

A menudo, y de manera muy sencilla escuchamos en cualquiera de nuestros círculos, que la juventud, es diferente, que está perdida, que los/las jóvenes se centran en otras cosas…

Si ya nos metemos en términos de jóvenes inmigrantes, o que viven en el Puche o en cualquier barrio con necesidades de transformación social, las ideas, mejor dicho los estereotipos que decimos, son únicos; “es tontería perder tiempo con ellos”, “son animales”, “solo saben fumar y beber”, “no quieren estudiar”, “no quieren salir de su barrio”, “no quieren hacer nada con su vida”, etc…

No nos vamos a meter en porcentajes de jóvenes que estudian o no, cuantos obtienen su titulación o no, cuántos de ellos/as, están cursando ciclos formativos superiores o grados, no, hoy no vamos a hablar sobre estos datos.

Hoy solo queremos por el día de internacional de la juventud, hacer ver que, claro, claro que existen jóvenes perdidos, sin saber qué hacer, a donde ir, huyendo de situaciones difíciles en su país, incluso huyendo de la realidad de su familia estando aquí, en España. Claro que existen jóvenes que a menudo su única defensa y saber hacer es la violencia. Claro que existen jóvenes que, aún, a día de hoy, no saben o no entienden la importancia de los estudios y una formación. Claro,…claro que existen jóvenes que no tienen un sentido de vida, una motivación, porque quizás, y a menudo sin querer, se la quitaron.

Por esto mismo, y sin obviar todas las realidades solo queremos resaltar, en este día tan señalado, el dar la oportunidad. 

El poder educar, o en ocasiones reeducar a los/las jóvenes, porque además, en muchas ocasiones son ellos/as mismos/as quienes quieren actuar y saber otras opciones, otros caminos.

Dar la oportunidad a educar a jóvenes que puedan cambiar el mundo, nuestro mundo, nuestra ciudad, nuestros barrios. 

Dar la oportunidad a cambiar, a provocar nuevas formas de actuar, de resolver conflictos, de aprender, de expresar sentimientos, de vivir.

Dar la oportunidad de hablar, de expresar como se sienten estos jóvenes, de que quieren, cuáles son sus miedos, logros y frustraciones. Porque están en la situación que están en ese momento de su vida. Dar una oportunidad a la educación.

No, no queremos meternos en datos algunos, solo queremos hacer un llamamiento al sentimiento de razón, al de otorgar una oportunidad, o quizás más de una, como en alguna ocasión, seguro, nos dieron a nosotros/as. (Piénsalo bien, seguro que en algún momento de tu vida, así fue, por pequeña que parezca).

Por ello, a los/las dueños/as del futuro, desde Ítaca queremos dar la oportunidad de ser esos agentes de cambio, ser actores de sus propias vidas, dar la oportunidad de crear su propio camino, con sus fallos y aciertos, y así poder llegar a su destino, a su Ítaca.