Ya están en marcha, y es que, sin duda, se trata de una actividad muy demandada en el barrio, tanto, que el grupo ya está completo y actualmente existe una lista de espera que forme lo que será posiblemente un segundo grupo.
Hemos buscado crear un espacio en el cual sin miedo alguno puedan expresar su necesidad de aprender español, y sin vergüenza alguna manifestar que su nivel es bajo. Esto resulta la puerta de entrada para iniciar un proceso formativo adecuado, de calidad y especialmente en el que las personas beneficiarias se sientan parte. Esto es de vital importancia, que las personas en este caso el grupo de mujeres, sean parte activa de la formación, esto significa entender el nivel de cada una, participar sin miedo a errar, y el compromiso de asistencia para poder garantizar una continuidad.
Se trabaja de forma paralela la práctica oral de la lengua española, así como la gramática, de esta forma damos respuesta a inquietudes que muestra este grupo como son las necesidades de poder asistir a tutorías de sus hijos/as y poder mantener una conversación con el profesorado, adquirir autonomía para ir al médico o servicios y no depender de familiares traductores, etc.
En definitiva, la adquisición de la lengua, además de mejorar las posibilidades en el mercado laboral, genera una mejor y mayor comunicación con la comunidad más cercana y, por tanto, una mayor interacción y todo esto sin duda, crea una mejor autoestima en estas mujeres.
Tenemos que agradecer al voluntariado de la entidad su implicación en todas las actividades y en este caso, Alberto Reyes es el joven que está desarrollando estas clases de español. Se trata de un joven que tiene conocimientos ya que estudió Filología Hispánica y está formado para impartir este tipo de formación. Un joven que ofrece su tiempo para mejorar la calidad de vida de otros.